¿Qué tienes una web y tu ilusión es tener más ventas? ¿Qué has pagado por un bonito diseño y no ves resultados? ¿Qué tienes productos estupendos y te ignoran lo más grande?
¡Te entiendo perfectamente!
Hace apenas un mes nos entregaron un e-commerce. Nos hemos franquiciado con una empresa que ofrece primeras marcas. Está recién salidita del horno.
No tenemos toda la libertad que nos gustaría con el acceso a la web, pero bueno, tener todos los productos en un mismo almacén, la atención al cliente y el servicio de logística, compensa esa carencia.
Sí podemos toquetear cosas, pero no tanto como en una web propia.
Mi socio lo ha movido por redes sociales y ha pagado por anuncios en Facebook y en Google Ads. Para que se registraran hizo hasta sorteos y llamamientos regalando dinero para consumir dentro de la tienda.
No compró ni Dios.
Yo estoy a tope y le dije a Enrique:
-Oye cari tú te ocupas del e-commerce, que yo quiero centrarme en el programa de Javi Pastor para especializarme como copy-
Y así lo hizo. Es más obediente que “ná” mi chico.
La cuestión es que la página ¡no tenía copy! Así que la lanzamos al océano de ofertas, sin tener todo el engranaje montado. Sí, tenemos productos de primera y herramientas para posicionarnos a la vista de los compradores, pero si no teníamos copy éramos exactamente igual que cientos más.
Como os cuento, yo estoy centrada en el programa de Javi, en el que te meten caña con prácticas para que aprendas. Cada mes nos ponen un reto y el de este abril es escribir un artículo para demostrar la diferencia entre el antes y el después de una página sin y con copy.
Así que me animé a arreglar los textos de mi ecommerce dentro del limitado acceso que tengo como franquiciada, y aquí estoy para mostraros el resultado. Añadir que lo hago contentísima, porque además ¡por fin me han hecho los primeros pedidos!